10 nov 2009
Navaja de Ockham
La navaja de Ockham es un principio de razonamiento formulado al final de la Edad Media, y es atribuido al monje franciscano y filósofo Guillermo de Ockham.
Su fromulación original en latín, dice «pluralitas non est ponenda sine necessitate», es decir que las cosas esenciales no se deben multiplicar sin necesidad.
En lenguaje moderno significa que no se deben multiplicar las causas, es decir las hipótesis en un razonamiento: un raciocinio basado en premisas menos numerosas y más sencillas es más verosímil. Cuanto menos se supone, mejor.
El principio de la Navaja de Occam se utiliza fundamentalmente como complemento de las leyes de la lógica, con el fin de evitar el pensamiento mágico. Según este principio, siempre que se encuentren varias explicaciones a un fenómeno, se debe escoger la más sencilla que lo explique por completo.
Por ejemplo, para explicar la caída de una manzana al suelo, podríamos plantear las siguientes explicaciones:
-Unos duendes traviesos invisibles e indetectables la han movido hasta el suelo, movidos por el afán de molestar.
-La madurez propia de la fruta ha debilitado el pedúnculo por el que está unida al árbol y, debido al peso excesivo, la gravedad ha propiciado su caída.
-Una tormenta a su paso tiró la manzana.
Todas estas alternativas explican igualmente el fenómeno desde el punto de vista lógico y experimental (solo las dos últimas), pero el criterio de Occam nos obliga a escoger la segunda como la más probable, ya que las demás nos obligarían a asumir una serie de postulados mucho más complicados.
Fuente: Wikipedia.org
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